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Retos y oportunidades de la evolución en la gestión y acceso a la información

Autor: Elías Helo Molina || Publicado en Abril 01 de 2019

Gráfica alusiva a Retos y oportunidades de la evolución en la gestión y acceso a la información
Región:Nacional |

Todas las sociedades han hecho esfuerzos por cuantificar y cualificar los elementos que las rodean y han organizado y representado la información de alguna manera. Por ejemplo, los primeros navegantes fenicios, la civilización china y algunos grupos mesoamericanos, significaron su espacio y los fenómenos, naturales y socialmente construidos, a partir de representaciones y mapas. La historia ha demostrado que el acceso y el uso a la información y el conocimiento han estado relegados a ciertos grupos y sectores.
Según Harley , un mapa, en su definición más precisa, es el que “se limita al sentido más euclidiano” [1]. Es decir, los mapas que podrían representar de manera “precisa” la realidad son aquellos que se limitan a mostrar el relieve o a aclarar la distancia entre un elemento y otro.

Esto podríamos entenderlo a la luz de que la cartografía, los mapas y los datos que se representan están cargados de simbolismos, significados y definiciones de poder. Por esto, Harley señala que los mapas son “una construcción social del mundo expresada a través del medio de la cartografía” [1], y dice al respecto que, lejos de ofrecer una ventana transparente y precisa de la realidad, tienen distintas connotaciones que deben ser consideradas, como la simbología, el contexto del cartógrafo y las condiciones en las que se han desarrollado. Desde esta perspectiva, los mapas son imágenes cargadas de valor y plataformas de manipulación del conocimiento.
Generalmente, los mapas se leen como documentos científicos y objetivos, pero al deconstruir uno se ve que los principales elementos constitutivos son datos, que alguien representa y están encaminados a un fin específico. Con esto se puede centrar la discusión sobre qué datos son los que se obtienen y de acuerdo con la visión de quien lo elabora. Allí se ve un cambio de lo “científico y objetivo” hacia lo “estético, político y visceral” [1]. La historia de la gestión de los datos y la información no es ajena a esta realidad, descrita magistralmente por Harley en sus ensayos .

Los datos, la información y el conocimiento han estado sesgados hacia grupos de poder que han limitado su producción y acceso libre. Durante muchos años, esta discusión estuvo estancada en gran parte del mundo. Uno de los primeros avances en acceso a información se dio en 1776, cuando Anders Chydenius, un erudito finlandés, impulsó la primera ley de acceso a la información gubernamental; pasarían cerca de doscientos años para que otros países asumieran esta misma postura y la llamaran la “oleada de democratización”, haciendo énfasis en que las sociedades informadas tienen la capacidad de decisión más allá del día crucial de elecciones [2]. Sin embargo, esta evolución en gestión y acceso a la información no puede desconectarse de los avances tecnológicos. Si las llamadas “políticas de transparencia” hubiesen ocurrido en otro momento de la historia, no habrían tenido la difusión que se logra por medio de los ordenadores, el internet y demás medios.

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1 Brian Harley (1932-1991) fue un geógrafo y cartógrafo inglés, pionero en la compilación de la historia de la cartografía. Sus textos critican la objetividad de los mapas y cuestionan la cartografía como un campo libre de juicios de valor.
2 En el libro La nueva naturaleza de los mapas se compila una serie de ensayos en los que Harley cuestiona el papel cumplido por los mapas en distintos momentos de la historia y argumenta lo que a su parecer debe considerarse al momento de hacer una lectura crítica de estos.

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