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ISLA BARÚ FOCALIZADA PARA INSTALAR TERMINAL DE GAS LICUADO

Autor: Ruby Arcila Valenzuela - Consejo Comunitario de Barú || Publicado en Septiembre 01 de 2014

Gráfica alusiva a ISLA BARÚ FOCALIZADA PARA INSTALAR TERMINAL DE GAS LICUADO
Región:Caribe |

‘Puerto el Cayao’ es un proyecto de la de la sociedad portuaria El Cayao S.A. ESP, en sociedad con Promigas S.A. y TAM LNG Holdings, que desde agosto de 2013 iniciaron el proceso de contratación para la construcción de un terminal de líquidos a gran escala cuya especialización serían bicarburos como petróleo, el gas y los petroquímicos con una capacidad de almacenamiento de 160.000 m3.

Se ha dispuesto que para el 2015 finalice su primera fase que comprende la construcción de las instalaciones marinas – puerto de atraque, muelle y gasoductos de conexión – para recibir una Unidad Flotante de Almacenamiento y Regasificación (FRSU) con capacidad de 170.000 M3 de almacenamiento y 400 MPCD de regasificación. En la segunda fase se contempla la construcción en tierra de la planta de proceso y el tanque de almacenamiento. (Ver descripción proyecto)

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Las comunidades negras de Bocachica, Ararca, Pasacaballos, Caño de Oro y Santa Ana se encuentran en la zona aledaña donde se construirá el proyecto. Es por ello que actualmente vienen liderando una investigación conjunta sobre otras experiencias internacionales en relación con este proyecto. En este documento el Consejo Comunitario de Barú, comparte algunas de sus preocupaciones sobre los impactos ambientales y sociales que le causaría este proyecto a una zona de riqueza natural y con vocación turística.

Gas natural licuado: algunas consideraciones para tener en cuenta

A principios de 2004, una gran explosión de una terminal de gas natural licuado (GNL) en Argelia puso de presente de nuevo el alto riesgo de esta clase de instalaciones. A esta preocupación se suman el costo y la viabilidad de proteger las terminales de GNL, consideradas de alto riesgo.


El informe oficial de este caso concluyó que el accidente había sido ocasionado por una fuga de gas. Este accidente plantea nuevas dudas sobre la seguridad del GNL, y recuerda catástrofes similares, como la de Cleveland (1944), que ocasionó la muerte de 128 personas, así como la fuga de una nube de vapor en Boston (1988) y el accidente en los Emiratos Árabes Unidos (1978), que no deben ser considerados como problemas del pasado.


Durante el resurgimiento de esta industria, el fatal accidente de enero de 2004, que destruyó una buena parte de una planta de licuefacción en Argelia, vino a revelar que la industria no ha resuelto los problemas de seguridad con un combustible peligroso.Este caso arroja evidencias que llevan a exigir que este tipo de instalaciones cuenten con medidas de protección estrictas y, por ninguna razón, estén situadas cerca de la población. El informe del gobierno de Argelia, presentado en marzo de 2004 en Qatar, cuando explotó una terminal de GNL, señala “que una gran cantidad de gas licuado escapó de una tubería, formando una nube altamente inflamable y un vapor explosivo que se elevó sobre las instalaciones. La nube explotó después de entrar en contacto con las llamas”. (Ver informe Green Peace).


De acuerdo con las declaraciones de los expertos en seguridad del GNL, el accidente de Argelia puede ocurrir en cualquier tipo de plantas, y debe existir un reconocimiento implícito del extremo peligro que crean potencialmente las terminales de este combustible, sin importar dónde se construyan.


Es por ello que un buen número de terminales han sido rechazadas: Vallejo (California), Oxnard (California), Eureka (California), Harpswe (Maine), Mobile (Alabama), así como Tijuanay Rosarito (México). Todos estos sitios fueron propuestos y luego descartados, cuando los residentes locales repudiaron la construcción de instalaciones de alto riesgo en sus comunidades. Su argumento fue simple y, a la vez, contundente:


La seguridad de los poblados estaba seriamente comprometida. Hay riesgos potenciales, como los incendios que ocurren cuando una mezcla de combustible de gas y de aire se quema encima del lugar de derrame del GNL (pool fires). “Estos incendios son intensos y arden a temperaturas mucho más altas y más rápidamente que los incendios de gas o petróleo”. El informe añade que “varios expertos concuerdan que un pool fire, especialmente sobre el agua, es el riesgo más serio del GNL”. También hay un acuerdo general: un fuego semejante no podrá ser sofocado con los medios disponibles actualmente en la mayoría de países.


De acuerdo con este informe, si se liberara GNL durante un ataque, se incendiaría inmediatamente. Sin embargo, si el GNL escapara sin ser alcanzado por el fuego, la nube de gas podría trasladarse a cualquier lugar, donde podría causar un incendio. Por otra parte, más allá del daño físico, un ataque a instalaciones de GNL que presten servicio a un porcentaje alto de la población podría tener un efecto económico considerable.

 

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