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Desde que se aprobó la Ley 1776 de 2016 o Ley Zidres, han sido muchas las reacciones y comentarios -a favor y en contra- que se han hecho oír en las redes sociales, los medios y los distintos auditorios en los que este tipo de figuras encuentra una audiencia interesada. Lo cierto es que en este momento, casi cinco meses después de promulgada la Ley Zidres, hay dos elementos determinantes para su futura implementación. En primer lugar, la Ley Zidres aún no ha sido reglamentada; bajo este supuesto aún hay muchas incógnitas y afirmaciones que pueden quedar sin fundamento una vez se expida su reglamentación. En segundo lugar, la Ley Zidres se encuentra demandada ante la Corte Constitucional; esto significa que la relevancia de este debate particular puede quedar zanjado, o no, por un fallo del alto tribunal constitucional.
Ahora bien, aún cuando la Ley Zidres salga del ordenamiento colombiano en un eventual fallo de la Corte Constitucional, es pertinente realizar un análisis sobre el contexto nacional e internacional en el cual se ha desarrollado esta legislación. Colombia se está presentando en la actualidad como “la gran despensa de alimentos del mundo” por parte del Gobierno Nacional (Presidencia de la República, 2011), esto anticipa que la demanda de tierra cultivable, bajo estándares normativos flexibles, puede ser uno de los pulsos jurídicos y políticos que el Gobierno Nacional y otros actores estén dispuestos a dar.
Entonces, para contextualizar este debate, se presenta a continuación una caracterización sencilla sobre las Zidres, bajo lo que la Ley ha dispuesto. Luego se hará una presentación de algunos factores de contexto nacional e internacional que amplían la comprensión sobre esta figura. Al final presento algunas preguntas y puntos de discusión sobre el tema.
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Fuente foto: Altillanura colombiana. Eltiempo.com