Región:Nacional |
Han pasado diez años de recorrer caminos, conocer rostros, escuchar historias y robustecer la apuesta por la defensa del territorio. La experiencia, permeada por el paso del tiempo, nos ha enseñado que constantemente nace una línea delgada entre lo que se entiende e imagina desde aulas, salas y salones, y lo que se aprende e interioriza con las experiencias en los territorios.
Hemos entendido la necesidad de desarrollar un léxico que vincula y acerca a la academia a las realidades complejas de las comunidades. Esto nos ha llevado a incorporar en nuestro quehacer diario el prefijo re, pues la apuesta colectiva del Observatorio de Territorios Étnicos y Campesinos (OTEC) pasa por repensar las realidades socioterritoriales, reexperimentar las formas de relacionarse con la naturaleza, reconocer las diferentes maneras de contar una historia y, por supuesto, por reunir de forma amplia los saberes ancestrales y tradicionales con el hacer técnico.
El mismo proceso de trabajo y relacionamiento con las comunidades nos ha hecho entender que no existe una única forma de hacer y pensar; por ello, a lo largo de estos años de trabajo hemos modificado las formas de investigar, para lograr desde una instancia universitaria la representación de las comunidades campesinas y los grupos étnicos que acompañamos. De esta manera, las ideas que hemos puesto en marcha han sido el resultado de un proceso de escucha que busca integrar la visión e intereses del OTEC, los cooperantes, órganos de investigación, colaboradores y los habitantes de los territorios. Es así como se ha ido tejiendo una red que vincula a nodos en diferentes lugares, con territorialidades únicas, con memorias vivas y con diversos saberes. Pero esta red no se ha construyendo en una sola dirección: la vitalidad de los enlaces mantiene la reciprocidad y oxigenación de estas relaciones, mediante el trabajo continuo y la amalgama de esfuerzos por un objetivo en común.
Es importante comprender el funcionamiento del Observatorio como una sinergia de aptitudes, vivencias y convicciones. En ese orden de ideas, existe cooperación entre disciplinas que ha permitido que las aproximaciones a los territorios se hagan integralmente, una convergencia de historias de vida de diferentes regiones que da espacio a aportes y miradas diversas, y que es el punto de encuentro de posiciones diversas lo cual promueve el diálogo y el debate. Se podría decir entonces que la diversidad y sus interacciones son el motor de la investigación desde el OTEC y esto se refleja en varios ámbitos.
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