El Ecosistema Intercultural del Pacífico Nariñense (EIPaNa) continúa avanzando en la ejecución y el desarrollo propuestos por el Observatorio de acuerdo con sus objetivos específicos.
El primero de ellos, que propone fortalecer capacidades de las comunidades en temas de biodiversidad, turismo de naturaleza, cátedra de paz y uso de tecnologías con fines comunitarios, asociados a iniciativas productivas por medio de procesos de diálogo intercultural, culminó en agosto de 2024 con la graduación de 86 personas de Tumaco, Barbacoas, Roberto Payán y Magüí Payán del diplomado en “Fortalecimiento de capacidades para la gestión de la biodiversidad y la construcción de Paz en el Pacífico Nariñense”.
El desarrollo de este programa formativo se sustenta en la necesidad de conocer las necesidades, expectativas y potencialidades de las comunidades locales con las que se trabajó, de manera que fuera posible la construcción de un programa robusto e integral, que articulara el saber técnico con el saber tradicional y facilitara puntos de encuentro para la consolidación de un pensamiento colectivo en función de un mismo objetivo: el cuidado de la vida. La apuesta del Observatorio parte de la premisa de que la construcción de escenarios de diálogo, pedagógicos y de fortalecimiento, es un camino efectivo para la construcción de tejido social, el mejoramiento de las relaciones de confianza y es un habilitante de los ejercicios de gobernanza.
El interés del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación en que este proyecto de investigación se vinculara con el concepto de apropiación social del conocimiento llevó a que el espacio formativo contara desde sus bases con varios aspectos diferenciales como la co-construcción de sus planes de estudio en conjunto con las comunidades y aliados territoriales partiendo de sus necesidades, expectativas y otras variables de sus contextos locales.
La estructura ejecutada en el diplomado fue propuesta por el comité académico del proyecto, la Casa de la Memoria de Tumaco, la Fundación Piernas Cruzadas de Barbacoas y el SENA, y desarrollada de manera participativa por las instituciones participantes y los estudiantes del diplomado con base en los siguientes temas: biodiversidad, uso de la biodiversidad, tecnologías, cátedra de paz y gobernanza.
Las sesiones formativas, que tuvieron como sedes principales Tumaco y Barbacoas, buscaban la participación colectiva de los asistentes dentro de los debates generados en cada tema trabajado. Esto, con el fin de lograr compartir y dar visibilidad a aquellos saberes y prácticas ancestrales y tradicionales que cada población o individuo pudiera vincular a la conversación y exploración de los conocimientos respecto a cada temática involucrada.
Así, el Observatorio y las instituciones aliadas lograron generar una articulación entre las propuestas que se presentaron en cada uno de los espacios formativos durante seis semanas y las prácticas tradicionales de los participantes. Estos espacios de discusión permitieron, además, la construcción de relaciones entre personas de diferentes territorios, culturas y costumbres y el reconocimiento de las poblaciones afrocolombianas e indígenas de los municipios de Tumaco, Barbacoas, Roberto Payán y Magüí Payán. Igualmente, cada una de las personas participantes del diplomado tuvo la oportunidad de exponer sus iniciativas, proyectos y formas de trabajo relacionadas a la paz y a la biodiversidad de los territorios a los que pertenecen, abriéndose a la posibilidad de fortalecer sus capacidades mediante la adquisición de herramientas y perspectivas novedosas y diferentes para este fin.
El proyecto de producción de conocimiento que fue requerido a los participantes se desarrolló a partir de las perspectivas propias y nuevas de cada uno de acuerdo con los lineamientos propuestos dentro del diplomado. Mediante la realización de un libro, los asistentes consiguieron visualizar cada uno de sus aprendizajes, instaurando el relato como método narrativo, así como la aplicación de los conceptos aprendidos durante las sesiones. Este instrumento físico permitió que cada uno de los estudiantes construyera una historia y una identidad propia en su producto final, generando una visión única de su territorio y de sus recursos. También facilitó la articulación de los conceptos aprendidos (gobernanza, uso de la biodiversidad, tecnologías) dentro de los espacios que habitan y los retos y oportunidades que estos presentan para la aplicación de proyectos de biodiversidad y de paz.
El equipo académico que acompañó este diplomado estuvo conformado por estudiantes y profesionales del Observatorio que, a través de diversas áreas del conocimiento como la ecología, la biología, la psicología, la antropología y la comunicación social resolvieron los desafíos y encontraron potenciales en el trabajo realizado durante este primer objetivo. Frente a esto último, el equipo de trabajo se involucró con una gran apuesta dirigida a los canales de transmisión del conocimiento. En este aspecto, tanto el equipo profesional como los mismos asistentes al diplomado cuentan con unos roles determinados en el desarrollo del proyecto.
Desde el Observatorio se determinó un proceso riguroso de sistematización de la información adquirida y de las experiencias con la finalidad de realizar ejercicios de divulgación sobre el desarrollo del diplomado. La intención de este proceso académico es la de obtener registros sobre los aprendizajes de contenidos teóricos y conceptuales, así como de los aportes de los diferentes sistemas de conocimiento que interactúan entre ellos.
Este diplomado, impulsado por un compromiso genuino con las comunidades del Pacífico Nariñense, se ejecutó con el objetivo de empoderar a los líderes locales con herramientas que les permitan gestionar de manera sostenible la rica biodiversidad de su entorno. A lo largo de su desarrollo, los participantes fueron guiados a través de ejes temáticos que abordaron desde el conocimiento profundo de su entorno natural hasta las técnicas más avanzadas para la organización comunitaria y la gobernanza participativa.
El programa no solo se enfocó en la transmisión de conocimientos técnicos, sino que también valoró y potenció los saberes tradicionales, aquellos que han permitido a las comunidades afrodescendientes e indígenas convivir en armonía con la naturaleza durante generaciones, y cuyas prácticas sostienen la identidad de sus pueblos. Este enfoque integral fue el eje transversal del programa formativo, pues reconoció que la conservación de la biodiversidad y la construcción de paz son procesos inseparables en un territorio donde la naturaleza es a la vez sustento, cultura y vida.
El Pacífico Nariñense es un pilar de culturas y biodiversidad, donde los saberes ancestrales han jugado un papel vital en la conservación de los ecosistemas. Las prácticas tradicionales, transmitidas de generación en generación, han permitido el manejo sostenible de los recursos naturales, garantizando la supervivencia no solo de las especies, sino también de las comunidades humanas que dependen de ellas.