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El pasado 02 de octubre de 2016, los colombianos en el país y el exterior sellaron con su voto la suerte de los llamados “Acuerdos para terminar el conflicto armado interno entre las FARC-EP y el gobierno de Juan Manuel Santos”. Propagandísticamente estos acuerdos fueron llamados “Acuerdos de Paz”, para darle fuerza al hecho histórico sin precedentes en la historia latinoamericana, de que la guerrilla más antigua del continente americano, tomara la decisión de dejar las armas y continuar la lucha histórica que emprendió desde el año de 1964 a mediados del siglo XX, por las vías políticas, legales y parlamentarias.
No obstante, las partes intervinientes en la construcción del acuerdo por más de cuatro años, han señalado con claridad, que dichos acuerdos son sólo el principio de la construcción de la paz, reflejan la creación de nuevas condiciones políticas de posibilidad para realizar las transformaciones del campo colombiano en lo social, ambiental, cultural, económico e infraestructural que las élites liberal-conservadoras y las derechas no han querido hacer por más de un siglo.
El resultado de ese voto, decretó a su vez, una histórica derrota de los acuerdos por una ligera mayoría que los estadísticos considerarían un empate técnico. Fueron 6.430.170 votos por el NO que representaron el 50.22% del total de la votación y por el SI votaron 6.371.911 votos, es decir un 49.76%. Como puede verse una estrecha y precaria diferencia de apenas 58.259 votos que representan porcentualmente una diferencia de 0.46%.
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Imagen: www.prensaindigena.com