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Persistiendo en la investigación comprometida con los territorios rurales

Autor: Flor Edilma Osorio || Publicado en Abril 01 de 2019

Gráfica alusiva a Persistiendo en la investigación comprometida con los territorios rurales
Región:Nacional |

Hace una década, la idea del Observatorio de Territorios Étnicos comenzó a ser una realidad en la Facultad de Estudios Ambientales y Rurales. Este es un buen momento para recordar que fueron Johana Herrera y Juan Carlos Betancur, queridos colegas y amigos, quienes aportaron esa interesante propuesta, la cual decidimos acoger y poner en marcha rápidamente.

Debo señalar que la experiencia nuestra en la Facultad en ese momento era marcadamente campesina. Asumir la dimensión étnica era sin duda un desafío, que fue compensado con la experiencia de Johana y Juan Carlos en ese campo. He ahí una primera característica que sitúa al Observatorio como una posibilidad clave para abrir horizontes hacia la diversidad de comunidades y pobladores que habitan el campo colombiano. Unos años más tarde, ensancharía sus apuestas para incluir a la población campesina, convirtiéndose en el Observatorio de Territorios Étnicos y Campesinos (OTEC), ampliando el interés por las dinámicas territoriales de todos los pobladores del campo colombiano.

En términos epistemológicos, metodológicos y éticos la sintonía fue total desde un principio. Se trataba de acompañar y asesorar a algunos consejos comunitarios en la tarea de asumir el gobierno propio y la defensa de sus territorios, amenazados por muy diversos factores atravesados por el conflicto armado. Esta segunda característica del Observatorio lo configura como una oportunidad para continuar y profundizar un camino de compromiso social que se constituye en un sello de la Facultad de Estudios Ambientales y Rurales, con diversos desarrollos. Para el caso del grupo de investigación Conflicto, región y sociedades rurales, al cual se adscribió el OTEC, fue evidente la total correspondencia con el principio fundamental de poner al servicio de comunidades rurales un trabajo académico riguroso, con apuestas políticas explícitas en el marco de la justicia social y del reconocimiento de saberes, experiencias y capacidades de tales comunidades.

El Observatorio no ha sido solo un proyecto adicional que suma dentro del grupo de investigación, sino que ha propiciado una permanente articulación interna con los otros investigadores del grupo y de otros grupos de la Facultad e incluso de la Universidad y de otras instituciones, para generar sinergias y trabajos comunes. Ello ha permitido su la configuración paulatina como una escuela que, desde voces y experticias diferentes, ha ido construyendo acumulados en claves interdisciplinares. A ello hay que sumar el diálogo intergeneracional que ha posibilitado el trabajo de grado de diversos estudiantes y su vinculación como parte del grupo, lo cual le da no solo una dinámica académica más amplia, sino que también potencia el diálogo y el espacio de formación por fuera de las clases y el aula, dentro de situaciones y realidades concretas, que anima al espíritu investigativo, el intercambio de saberes y favorece la sostenibilidad del espacio en tiempos de baja financiación. Esa tercera característica, de formación permanente en la investigación comprometida –escasa dadas las vanidades que acompañan la vida en general y la academia en particular–, es fundamental como puente para el encuentro entre ciencias, disciplinas, generaciones y actores diversos.

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