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Más allá del desarrollo. El esfuerzo colectivo por construir un territorio de paz en medio del conflicto colombiano.

Autor: Mauricio Herrera || Publicado en Mayo 01 de 2015

Gráfica alusiva a Más allá del desarrollo. El esfuerzo colectivo por construir un territorio de paz en medio del conflicto colombiano.
Región:Valles Interandinos |

¿Cómo construir de manera conjunta con la comunidad un Plan de Desarrollo partiendo de una lectura crítica del desarrollo?

La idea de construir un Plan de Desarrollo para la región del Cañón de las Hermosas traía un doble reto para su estructuración. Por un lado, las convicciones teóricas del grupo de trabajo, quienes desde una perspectiva crítica, entendíamos que el desarrollo tal como se visualiza desde el capital privado, los Estados y las agencias de cooperación no contribuye a garantizar el bienestar y una vida digna para las comunidades campesinas; y por el otro, la ansiedad, la esperanza, el sueño de una comunidad que golpeada históricamente por el conflicto y la violencia, veían en la elaboración del “plan de desarrollo” la posibilidad de visibilizarse y adquirir voz con el objetivo de mejorar sus condiciones de vida, pues al final de todo, el desarrollo era la promesa que directa o indirectamente había llegado desde muchos años atrás, como canto de sirena a sus oídos.

 

La pregunta que surgía era: ¿Cómo construir de manera conjunta con la comunidad un Plan de Desarrollo partiendo de una lectura crítica del desarrollo, pero sabiendo que en ese plan estarían depositadas las últimas esperanzas por alcanzar una vida digna de parte de los adultos, así como las esperanzas y sueños de jóvenes y niños que intentan ver en el campo un oportunidad para vivir dignamente?

 

El punto de partida fue contarles la historia del desarrollo, por qué un concepto que ellos escuchan día a día, del que son objeto de interés cada 4 años previo a las elecciones políticas, es tan esquivo para ellos. Fruto de estas charlas y de las experiencias recogidas personal y colectivamente por parte del grupo de trabajo, fueron fijados lo que consideramos los tres ejes sobre los que se debería soportar el trabajo, el cual independientemente de que su resultado final fuera un documento llamado Plan de Desarrollo, debería apostarle a desaprender de manera colectiva algunas ideas y paradigmas que sobre el desarrollo estaban en las cabezas de la gente del Cañón, y aprender/reconstruir un proyecto donde se revalorizará y dignificara el modo de vida campesino (agricultura campesina) por encima de las necesidades económicas.

 

Así entonces, consideramos que si bien, el desarrollo era una prioridad para la comunidad, el proceso de construir el plan era una oportunidad única para intentar sembrar en ellos la idea de que en la revalorización el modo de vida campesino y con él la economía campesina (agricultura campesina), está la punta de lanza para orientar sus esfuerzos para alcanzar sus sueños de bienestar.

 

Los ejes fueron: los derechos de los campesinos, la agroecología y la soberanía alimentaria. A continuación presentamos de manera breve cada uno de los ejes, así como algunas de las ideas esbozadas en las discusiones sobre el desarrollo.

 

 

  • Una mirada crítica al desarrollo económico

 

Partiendo de las claridades anteriores, en esta parte se hizo énfasis en el rescata de algunos conceptos claves en algunas de las propuestas alternativas de desarrollo planteadas desde la década de los 80’s.

 

 

  • Desarrollo Sustentable

 

En primer lugar, la importancia de pensar en las relaciones hombre-naturaleza intentando recuperar y valorizar la necesidad de construir un plan donde la relación amigable con el medio ambiente y los seres humanos fuera fundamental.

 

 

  • Desarrollo a escala humana

 

Basados en los conceptos de la economía descalza de Manfred Max-Neef así como la experiencia de la Asociación para el Desarrollo Campesino (ADC) en Nariño, fue recuperada la idea de que las necesidades de las personas y comunidades son finitas[1], siendo las formas de satisfacerlas las que son infinitas.

 

 

  • Desarrollo como libertad

 

Reforzando uno de los conceptos potenciados por Max-Neef, intereso destacar que el desarrollo también tiene una dimensión política, relacionada más estrictamente con los derechos políticos y dentro de éstos, con dos centrales: los derechos de ciudadanía y de igualdad. Podríamos aquí arriesgar la hipótesis según la cual, el desarrollo no alcanzará mayores niveles de transformación en una sociedad, si no garantiza el ejercicio pleno de los derechos de ciudadanía a todos sus miembros y si no permite una real igualdad para que todos y todas puedan acceder sin restricción alguna, a los bienes y servicios que produce la sociedad, indispensables para llevar una vida digna sin ningún tipo de privaciones, discriminaciones o exclusiones.

 

De esta manera, para el desarrollo del Plan, se asumió un enfoque interdisciplinar como guía de todas las acciones que se llevarían a cabo en el proceso de formulación, lo cual significa una defensa de que lo prioritario en dicho proceso: los seres humanos y el medio ambiente.

 

 

 

  • Los derechos de los campesinos

 

 

El enfoque de derechos humanos en el plan de desarrollo, se sustenta en la estrecha relación que existe entre desarrollo y los derechos humanos, relación que señala cómo el desarrollo tiene sentido solo como mecanismo para la garantía de los derechos humanos. Es decir, la garantía de los derechos humanos hace parte del contenido del desarrollo, a la vez que éste, es un mecanismo para la realización de los derechos humanos.

 

Bajo el enfoque de derechos, las acciones del desarrollo no se dirigen a la satisfacción de necesidades básicas para quienes las tienen en déficit, sino a la garantía de todos los derechos a todos los sujetos. Esto implica, que los derechos son de obligatorio cumplimiento por parte del Estado, y son jurídica y políticamente exigibles por parte de los sujetos de derechos. Es así que el enfoque de derechos, reconoce actores y roles diferenciados: titulares de derechos, que son todos los seres humanos en general y a aquellos con específicas condiciones o vulnerabilidades; el Estado y la comunidad de Estados como titulares de obligaciones de garantizar los derechos humanos; y actores sociales y políticos como la familia y las organizaciones sociales, como titulares de responsabilidades.

 

El enfoque de derechos, implica la adopción de los derechos humanos como un derrotero ético y político que orienta las acciones del desarrollo. Este enfoque resulta complementario con el enfoque de sostenibilidad antes planteado, dado que apuesta por asegurar condiciones de vida digna para los pobladores presentes y futuros, mediante el uso de los recursos naturales en forma tal que no solo se garantice su conservación para generaciones futuras, sino  el respeto por la cultura de los pobladores, la equidad en la distribución de los beneficios de su aprovechamiento para la realización de los derechos humanos de todas las personas.

 

En el caso específico de las comunidades campesinas, tales derechos están consignados en el proyecto de Declaración Internacional de Derechos de los Campesinos, y contemplan derechos a la tierra y el territorio, al agua, a las semillas, a los medios adecuados para producir, al respeto por las formas organizativas propias y a participar en la planificación de su desarrollo, entre otros derechos. La propuesta entonces en el plan de desarrollo del corregimiento de Las Hermosas, fue tener presente la necesidad de que tales derechos sean reconocidos a través de acciones concretas consignadas en él.

 

 

 

 

  • Agroecología y soberanía alimentaria

 

Al contemplar la necesidad que el plan tuviera una clara opción por la sustentabilidad del territorio, era esencial socializar con las comunidades la opción frente a las prácticas de la agricultura orgánica y la conservación de la biodiversidad. En este sentido, el objetivo era que tratándose de un territorio rural, la producción agropecuaria debería estar armonizada con el aprovechamiento de los recursos naturales y su conservación, por lo que la agroecología se constituía en la estrategia a implementar en la producción agropecuaria y en general todas las acciones productivas a futuro.

 

Así mismo, la reivindicación de esta alternativa busca contribuir a la superación de la dependencia económica de ciertos elementos externos que inciden en el deterioro de la calidad de vida y bienestar de la población. La agroecología permite a las comunidades ganar autonomía en el manejo de la naturaleza, y una autonomía económica, puesto que se considera que esta propuesta es ecológicamente sustentable, económicamente viable, socialmente justa y culturalmente acorde a las condiciones de la población rural, puesto que se adapta a las condiciones de la comunidad, dependiendo sus intereses. Además permite que la comunidad establezca procesos de soberanía alimentaria, pensando también en comercializar productos sanos en un mercado diferenciado.

 

Conscientes de que no es un proceso fácil, que requiere de tiempo (años) para su realización, el esfuerzo de plantear y trabajar este eje reside en la necesidad de afirmar la capacidad de lucha y el potencial político transformador que tienen los habitantes del corregimiento, y a partir de allí propiciar un cambio cultural en la forma de hacer agricultura que contribuya a establecer estrategias de seguridad y soberanía alimentaria.

 

 

A manera de cierre

 

De esta manera tal como fue expresado al inicio del texto, el esfuerzo emprendido de manera colectiva durante aproximadamente un año, buscó que para las comunidades del corregimiento de Las Hermosas, el plan de desarrollo se constituyera en un proceso capaz de orientar nuevas formas de producción y de organización social, de contribuir al fortalecimiento de un proyecto que traspasara el nivel contestario y de oposición, y que permitiera posicionar el modo de vida campesino en el campo de construcción de política pública intentando responder con alternativas concretas y viables a las actuales políticas inadecuadas para alcanzar el bienestar de las poblaciones rurales y de la naturaleza.

 

Así entonces, este esfuerzo estuvo orientado a soñarse y colocar los cimientos para que el corregimiento de Las Hermosas sea un TERRITORIO DE PAZ, IGUALDAD DE DERECHOS, DESPENSA ALIMENTARIA Y RESERVA AMBIENTAL DEL TOLIMA.

 


[1] 9 son las necesidades planteadas por Max-Neef: 1) subsistencia, 2) protección, 3) afecto, 4) entendimiento, 5) participación, 6) ocio, 7) creación, 8) identidad y 9) libertad.