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Profe Hidalgo, la custodia de Badillo

Autor: Johana Herrera Arango || Publicado en Diciembre 18 de 2012

Gráfica alusiva a Profe Hidalgo, la custodia de Badillo
Región:Caribe |

En el año 2010 conocí al profesor Hidalgo Manjarrez y gracias a él entendí la tragedia de las sabanas comunales de Valledupar. Bibiana Moreno nos presentó a este hombre valioso y lleno de historias locales que iban y venían con la tranquilidad apasionada de un gran narrador que hablaba de un Badillo afro habitado por descendientes de esclavizados de donde había salido el famoso Almirante Padilla.

Nos dijo que las sabanas comunales y los playones del corregimiento de Badillo alguna vez fueron espacios  comunales, aprovechados por los habitantes de la región,  para el pastoreo, la cacería, la siembra de arroz y para el disfrute de  la gente de Badillo que contaba con un lugar reservado para el uso colectivo, como respaldo de esa y otras generaciones.  Con el tiempo las cosas cambiaron,  y la bonanza del arroz, ya no en pequeñas parcelas campesinas, sino en extensos monocultivos, originó múltiples conflictos  por la apropiación privada de los otrora baldíos de uso comunitario. Luego llegó el turno de las plantaciones de palma aceitera y el paisaje se transformó en un solo cultivo manejado por dos familias de Valledupar que confinaron a la gente y les negaron el acceso a la sabana, los playones y al río Badillo


El profe nació en 1954, y desde hacía treinta años se dedicaba a la docencia en su corregimiento, desde allí lideró la conformación del consejo comunitario, y leyendo la Ley 70 de 1993, se inspiró con otros profes de la región para darle vida a un proyecto político de defensa del territorio tradicional manejado colectivamente mucho antes de que dicha ley se expidiera.  Por eso lo conocimos, por nuestra apuesta común de la   autonomía territorial, de acompañar su lucha y aprender de sus historias  que se entretejían con los sueños de su pueblo, otra vez de la sabana comunal, sin cercas eléctricas, sin alambre de púa, sin seguridad privada, mas que la que ejercían los mayores,  sin limitaciones al uso, sin restricciones a la cotidianidad de la gente, ni de los animales de la sabana.

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El profe Hidalgo, como todos le decían, murió atropellado por una camioneta. En circunstancias confusas fue arroyado en el puente que dibujó tantas veces para mostrar el único lugar que les quedaba de acceso al río Badillo, ese puente que quedó dibujado en la cartografía social, lo vio partir. El profe, representarápara Badillo y para la gente del proceso organizativo afro de Valledupar un líder incansable e inspiración. Todos los veíamos en los talleres, reuniones y encuentros, llevar la carpeta con el expediente del proceso de titulación colectiva que pensaba radicar en los próximos días ante el Incoder. Había estado muy preocupado los últimos días, dado que los papeles de la solicitud se le habían perdido en un atraco del que fue victima hacía poco, pese a ello y echando mano de los archivos de todos los que acompañamos ese proceso, logramos reconstruir la solicitud. La imagen que nos queda del profe es de un gran hombre, comprometido, luchador  que le apostaba a la recuperación del derecho a la tierra en su pueblo natal.


También lo conocimos insistiendo en la búsqueda de un  título colonial que en su momento existió bajo la ermita de Badillo, un título que se guardó intacto en la memoria local de los badillenses que le reconocía a la comunidad 50 kilómetros a la redonda de la ermita. No nos cabe duda que los estudiantes del profesor Hidalgo, así como sus hijos y amigos, seguiremos insistiendo en la lucha por la tierra como él lo hizo en su empeño de educador. Su nombre estará en la memoria de actuales y nuevas generaciones que quieran recuperarla, dar la pelea, seguir en la organización de la comunidad, en la recuperación de la historia local.
Sin duda, fuimos afortunados de cruzarnos en el camino. En estas fotos, recordamos momentos de muchos aprendizajes, sonrisas, complicidades, mientras hacíamos el levantamiento cartográfico de Badillo,  el  mapa y el profe, nos hablaron y enamoraron de un Badillo del corazón. Profe Hidalgo y amigos de Badillo no olvidaremos su tierra ni su lucha que nos ayudó a entender que las  sabanas comunales de Valledupar son paisajes construidos, vividos, imaginados, soñados y negados.
 

Nota de Bibiana Moreno:

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Con el pasar de las horas la dimensión del  fallecimiento del profesor se hace mas profunda, porque desde mi lugar como educadora, aprendí con los profesores de estas comunidades y en el caso particular con el profesor Hidalgo el valor de los sueños que se tejen entre el presente y el futuro desde su labor como docente. 


Conversé con él sobre las motivaciones de un profesor para luchar por un consejo comunitario en su corregimiento, y el con fuerza en la voz dijo que su necesidad estaba en la esperanza que le daban los jóvenes, pues se había dado cuenta que era necesario preparar afro-badillenses para habitar un territorio colectivo que les había sido esquivo por el clima, por los terratenientes de la región y por los pocos rastros en la historia que tenían los afros estas tierras.   Esta es la razón por la cual, se apegaba a un papel que venía de la corona española como la mayor prueba de la legitimidad de su reclamo. 


Lamento mucho esta pérdida para la comunidad y para su institución educativa, mas aun sabiendo que muchos jóvenes  tendrán que aprender del legado de coraje del profe y continuar su sueño de un consejo comunitario en la tierra del Almirante Padilla.