Región:Nacional |
En 2002, un líder afroecuatoriano enunciaba en palabras sentidas lo que para él era la historia del pueblo negro en su país, unas palabras que son el eco de la memoria de los afrodescendientes en toda América Latina, donde las prácticas de racismo y exclusión son sistemáticas en las esferas públicas y privadas. En el imaginario colectivo, las expresiones étnicas continúan siendo relacionadas únicamente con el sujeto indígena, relegando en derechos y escenarios de participación a otros grupos étnicos como el pueblo negro y, en el caso de Colombia, el pueblo rom.
A pesar de la presencia significativa de afrodescendientes en Colombia y Brasil, las políticas públicas en ambos países siguen sin atender los graves estadios de vulnerabilidad a los que están expuestos los territorios negros. Porque sin duda la violencia ha tenido un impacto diferenciado en estas comunidades, más aún si se tienen en cuenta los altos índices de violencia contra el pueblo negro, que en el caso de Brasil crecieron 14% entre 2003 y 2015 . En Colombia, por su parte, y como lo afirma el Centro Nacional de Memoria Histórica en su informe ¡Basta Ya!, los actos de los actores armados tenían como objetivo socavar y quebrar a las comunidades afrocolombianas como sujeto colectivo.
Además de los altos índices de violencia de los que son objeto las comunidades negras de Colombia y Brasil, estas continúan siendo privadas de sus derechos territoriales, a pesar de los avances de jurídicos y jurisprudenciales en ambos países . Las nociones raciales a las que atiende la implementación de algunas de las políticas públicas y programas estales (Moreira, 2017) continúan abriendo camino al desconocimiento de muchas de las expresiones de la identidad afrodescendiente, generando así la exclusión y fragmentación del movimiento negro (Wash, 2007).
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