Editorial: Un año más dedicado a la protección y autonomía territorial
Por: OTEC
El año 2018, muy próximo a terminar, fue un periodo particularmente retador para quienes nos dedicamos al acompañamiento, investigación e incidencia en torno a los derechos territoriales y ambientales en Colombia. Elecciones presidenciales, cambios en las políticas agrarias y étnicas, reconfigura...
El año 2018, muy próximo a terminar, fue un periodo particularmente retador para quienes nos dedicamos al acompañamiento, investigación e incidencia en torno a los derechos territoriales y ambientales en Colombia. Elecciones presidenciales, cambios en las políticas agrarias y étnicas, reconfiguración de actores armados, líderes sociales bajo amenaza y un contexto de regresividad en materia de derechos colectivos, de participación y de tenencia de la tierra de indígenas, afrodescendientes y campesinos. Esto contrasta con una importante movilización regional, como la reciente marcha campesina y étnica de los Montes de María o la Mesa por el Derecho al Agua en esta misma región.
En el nivel nacional fuertes tensiones por la legitimidad en los escenarios de decisión. Prueba de ello es el retroceso en el derecho a la consulta previa que el gobierno nacional propone regular y, por si fuera poco, la Corte Constitucional en una sentencia unificada (SU-095 de 2018) cambió de fondo el alcance de las consultas populares, limitó el poder de este instrumento de los ciudadanos y alcaldías para participar activamente en decisiones en materia de proyectos minero-energéticos .
Así, el mapa a nivel regional es igualmente complejo y desafiante y las organizaciones sociales y autoridades étnicas con las que trabajamos así lo saben. Es por ello que en este último boletín del año nuestros investigadores reflexionan sobre casos concretos que hemos tenido la posibilidad de acompañar desde el Observatorio en diferentes y colaborativos proyectos de investigación. En lugares como la Sierra Nevada de Santa Martha, Sincerín Barú, Montes de María y el Pacífico, existen comunidades y procesos vitales que desde distintas modalidades resisten a situaciones de desigualdad en el acceso a la tierra, conflictividad ecológica y escasa seguridad jurídica en la tenencia de la tierra.
Los artículos de esta edición dan cuenta de situaciones heterogéneas y diversos proyectos de investigación e incidencia de reciente ejecución. Por un lado, un grupo de organizaciones que confluyen en un colectivo denominado Amigos de la Sierra, han comprometido su trabajo para acompañar a los indígenas arhuacos en distintas acciones tendientes a proteger los territorios ancestrales. En ese marco el Observatorio aportó análisis socio-ecológicos que servirán de base para el reconocimiento de los ecosistemas de la Sierra como parte esencial en la provisión de agua y otros servicios ambientales. Por otro lado, en el marco de la Red de Iniciativas de Monitoreo en la que se articulan organizaciones de Colombia, Bolivia, Honduras y Venezuela, tuvimos la oportunidad de adelantar un proyecto de análisis de la gobernanza de la tierra y los recursos naturales, por lo que les compartimos una reflexión sobre la agricultura familiar a la luz de los indicadores implementados.
En otras experiencias, fruto de la articulación con el Proceso de Comunidades Negras (PCN) y la organización Rights and Resources Initiative, fuimos invitados a un intercambio de experiencias entre el Estado y las comunidades quilombolas (Coordenação Nacional de Articulação das Comunidades Negras Rurais Quilombolas – CONAQ) de Brasil con el Estado y el PCN del lado de Colombia. De esta experiencia quedan enormes aprendizajes sobre las dificultades que enfrenten en los dos países para salvaguardas las tierras ancestrales, así como las oportunidades que existen para reconocer la propiedad colectiva con apoyo técnico, voluntad política y fortaleza organizativa.
Como parte del proceso formativo, el Observatorio vincula cada semestre tesistas y practicantes, por lo que en esta oportunidad publicaremos las importantes reflexiones de quienes participaron bajo estas modalidades en proyectos recientes en el departamento de Bolívar (Sincerín, Montes de María y Barú) en donde avanzamos en la comprensión de dinámicas de degradación de los sistemas naturales fruto de procesos de privatización y escasa regulación en los bienes de uso público: playas, playones, ciénagas, sabanas, entre otros espacios de uso colectivo de gran valor social y ecológico.
Estos casos nos permiten entender cómo impactan las medidas nacionales en los espacios locales, nos permiten reconocer las capacidades de las organizaciones sociales y étnicas. Siempre nos preguntamos de dónde emerge la capacidad de las comunidades para resistir, cómo logran reinventarse en medio de tantas adversidades, cómo mantienen la esperanza aun cuando diferentes modelos de planificación y diferentes actores generan toda suerte de conflictos agrarios y ambientales en sus territorios. Un montemariano nos respondió a estas mismas preguntas que el pesimismo sobre los días que están por llegar es un lujo que un campesino no se puede permitir.
Les deseamos un feliz 2019