Mayo 2012

En el 2004, la lucha de muchas personas y organizaciones en situación de desplazamiento forzado se hizo sentir en la Corte Constitucional. Lo que empezó con tutelas dispersas en la geografía nacional se fue acumulando hasta llevar a la Corte a presentar una sentencia que diera cuenta de la magnitud de la crisis en el sistema de atención a la población desplazada y por supuesto, del estado de abandono y precariedad de la población forzada a desplazarse por el conflicto armado. Esto se concretó en la Sentencia T-025 de 2004.

Después de eso, y como seguimiento a las acciones del Estado, esta institución profirió el Auto 005 de 2009 específico para personas y comunidades afrodescendientes , en el que se ordena, entre muchas cosas, que el Ministerio del Interior diseñe un plan de caracterización de los territorios colectivos y ancestrales de las comunidades negras afectadas por el desplazamiento. De tal manera que después de eso, el tema de caracterización en el Estado, y en las organizaciones de la sociedad civil se puso de moda.

Son numerosas las iniciativas en esta materia que, con disimiles enfoques “caracterizan” para viabilizar proyectos y políticas públicas, que recogen unas más que otras, los importantes planteamientos de la Corte. Uno de los problemas de tantas iniciativas juntas que se coordinan poco, es la utilización de las organizaciones y poblaciones afrodescendientes que ven ya con desconfianza el desfile de chalecos y de formularios que preguntan en reiteradas oportunidades lo mismo.

Entendemos la importancia de conocer y ayudar a sistematizar la información relativa a las organizaciones, los territorios, las situaciones de violencia, la información referida a la tenencia y a los derechos territoriales. Pero, bien vale la pena repensar qué se está entendiendo por caracterización, cómo se sitúan esos procesos en luchas más amplias por la tierra, la representación y la dignificación de las personas y los sujetos colectivos negros y o afrodescendientes. Esto, porque no siempre un conjunto de variables lógicamente ordenadas tienen la capacidad de dar cuenta de situaciones cargadas de sentidos, complejidades, como el confinamiento, el cerramiento por “desarrollo”, el retorno y las expulsiones y desarraigos forzados. Todas esta situaciones se complican más con las distintas intervenciones a veces simultáneas de Ministerios, unidades especiales del Estado, universidades, entre otros.

A manera de problemas identificados en las estrategias de caracterización, sean de proyectos de ONG y por la labor del Observatorio, señalaremos algunas inconsistencias en los procedimientos empleados para este fin; pero antes vale la pena resaltar que la Corte dejó claridad sobre la alta participación que debía seguir el estado en la construcción del plan de caracterización de las organizaciones afro de niveles nacionales, regionales y locales. Así mismo recomendó atender los factores transversales de exclusión estructural, desplazamiento a causa de proyectos minero-energéticos, agroindustriales y de infraestructura, y las deficiencias institucionales para la protección.

Si miramos solo una de las órdenes, la del plan de caracterización de los territorios mayoritariamente habitados por población afrocolombiana, estén titulados o no, podemos afirmar que no se ha dado una respuesta que trascienda de un plan de acción desarticulado con otras iniciativas. Algunos niveles de la caracterización, como la situación jurídica se entienden en los formularios de caracterización en clave predial y no del derecho fundamental al territorio. La mirada Pacífico centrada o la reducción del Caribe a Palenque, no han dejado entender las complejas redes de poblamientos de los afrodescendientes en lugares que no caben en los formatos de la caracterización.